Ésta es nuestra historia.

Triana Concept & Bertis Rivero (Founder).

Después de dejar forzadamente un camino de emprendimiento publicitario como Editora de una revista vanguardista que consideré importante en mi carrera profesional, una tarde de marzo de 2007 compré 2 camisetas y las pinté. Tenía la necesidad de crear algo. Una la regalé y otra la vendí.

Posteriormente trabajé texturas e hice posible varias técnicas sobre tela, se fueron puliendo los detalles. Triana se convirtió en un emprendimiento que albergó 14 empleados. Era un trabajo manual muy elaborado, los procesos de manufactura no permitían cubrir los tiempos de entrega. Sin embargo, la marca obtuvo presencia en 7 países y buena aceptación en Venezuela.

Llegaron tiempos de cambios, pandemia, momentos complejos personales y decisiones difíciles. Triana comenzó a desvanecerse. Yo tuve que soltarla, porque no tenía la fuerza emocional para sostenerla. Nos despedimos. Fue otra acción forzada en mi vida.

Pasaron 4 años, nunca dejamos de pensarnos. Ella en su proceso creativo, yo en una especie de retiro espiritual y emocional.

Después de pedir mucha luz, vinieron otros vientos, señales, puertas abiertas, direcciones, mucha creatividad, estructura, organización y propósito. También apareció la soledad, gente distinta y la fuerza de voluntad de emprender en otro país.
La vida y las oportunidades me trajeron a Colombia, Medellín. Una ciudad maravillosa, repleta de emprendedores que sin egoísmos, han mostrado una escuela de aprendizaje muy importante para mí.

Estoy agradecida porque tengo el privilegio de estar aquí. De poder soñar y cumplirme, de aprender lo que antes no sabía y de rodearme de personas que van en la misma dirección que yo.

Triana hoy está dentro de un E-Commerce, es una empresa registrada en Colombia y está comenzando a caminar a través de un modelo de negocio repiclable y escalable.

Agradezco profundamente el apoyo recibido de familia, clientes, amigos y desconocidos que han estado en este camino complejo y maravilloso a la vez.
Y a todas las personas extraordinarias que me han tendido la mano aquí en Medellín, son unos ángeles. Sola no hubiese podido.

Gracias por llegar hasta aquí.
Por leer. Aquí vamos de nuevo.